Gracias tierra por hacerme animal,
un animal humano y no una bestia más,
por enseñarme a pensar y permitirme sentir como, lastimosamente, no todos sienten,
y hacerme querer a mis hermanos: los animales, no las bestias que son los humanos
y permitirme conocer más personas como yo: humanos, que son más animales que hombres,
léase bien: no bestias.
Y que con el pasar de los años y a medida que voy creciendo permitirme mantenerlo,
descubriendo así, que es parte de mi alma y no de mi personalidad ("Gracias a Dios").
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